lunes, 28 de mayo de 2012

Claves para la crianza respetuosa


Si vamos a hablar de Crianza Respetuosa, me parece muy importante tener en cuenta los siguientes puntos, explicados claramente por Raquel Tasa, bloggera española, coautora del libro Una Nueva Maternidad.
Se los dejo a continuación:

Claves para la crianza respetuosa
Por Raquel Tasa

Lactancia respetada en tiempo y en los horario:  La teta no tiene horarios.  Según la OMS la lactancia exclusiva debe perdurar hasta los 6 meses cumplidos, y debe prolongarse hasta los 2 años mínimo, combinada con alimentación complementaria. 
Colecho:  Según la OMS previene en un 50% el síndrome de muerte súbita del lactante.  Para practicarlo basta con cumplir tres reglas básicas: no fumar, no tomar drogas ni padecer obesidad mórbida.

Exterogestación:  Se habla de nueve meses dentro y nueve meses fuera del vientre; esos nueve meses en el exterior necesitaría un bebe humano para estar más maduro.  La bipedestación ha hecho que los bebés nazcan ‘antes’ de tiempo, pero eso no quiere decir que una vez nacidos estén preparados para enfrentarse al mundo sin la ayuda de su único referente: su madre.

Porteo:  En los primeros meses los fulares elásticos y tejidos son un modo práctico para compartir los trayectos fuera de casa.  Y dentro del hogar son de gran ayuda para seguir en contacto mientras las madres nos ocupamos de asuntos más prosaicos.  Así nuestro hijo está siempre atendido y se facilita la lactancia.

Sin castigos:  Los bebés no son caprichosos, no nos manipulan, ellos solo demandan aquello que necesitan.  Al mirarlo como alguien que pide en función de una necesidad, la violencia de cualquier tipo no puede menos que desaparecer.

Maternidad escogida:   Se basa en el derecho de escoger, es informada, mira hacia adentro, hacia el instinto.  Si te nace, digan lo que digan, estará bien.

Respeto:  Al final todo se basa en el respeto por esa nueva vida que has engendrado y que, sin embargo, no te pertenece.  Respeto a sus tiempos, a su proceso evolutivo, a sus peticiones, entendiendo que un bebé no entiende de caprichos y sí de necesidades.

jueves, 17 de mayo de 2012

De por qué escribo este blog.




La maternidad cambió mi vida.  Desarmó todo las estructuras sobre las cuales yo erigía mi existencia. De golpe me ví en un espejo, así tal cual era yo.  Hubo mucho que sanar. Todavía lo hay. Afortunadamente encontré muchos aspectos de mi que no conocía, y que revelaban mi verdadero yo.  Y no pude ser más feliz con ello.  Hoy siento que ser mujer y mamá es mi mejor y más plena identidad.  La maternidad ha sido para mí un proceso de autoconocimiento intenso, y que por lo visto no piensa terminar.  Ha sido como un nacimiento. Poco a poco, he ido abriendo los ojos, como los bebés, con dolor me he sacudido las lágrimas, las culpas. Han llegado tan solo bendiciones.

Escribo este blog desde mis entrañas, revelando con sinceridad muchos de mis sentimientos.  Me gustaría poder traspasar a otras madres, padres, hijos,  mis experiencias en torno a la maternidad y al crecimiento personal que creo esta vivencia puede ser.  Estoy convencida de que el hacer conciencia de la importancia que tiene el criar con respeto, respeto en primer lugar hacia uno mismo, y luego hacia a nuestros hijos, puede  conducirnos a una vida más plena y feliz.  Y qué mejor mundo puede ser ese para nuestros niños? Como padres y habitantes de este mundo plantearnos una mirada hacia el interior es de suma importancia.  La honestidad por sobretodo permitirá sanar lo que haya que sanar, y florecer.  Florecer para ellos: nuestros hijos, lo mejor de nosotros mismos y el mejor legado que podemos entregar. 

Escribo este blog por que llegué  un camino lleno de nuevas esperanzas.  Lo escribo  para ellos mis hijos que han llegado para que yo tenga la valentía de construir una vida sincera, y por sobre todo, con más amor y conciencia.

jueves, 10 de mayo de 2012

Dame un beso...

Encontré maravillosa esta foto! 
Las expresiones de ambas lo dicen todo!
La foto es de Bru Rovira de su exposición Maternidades.
Dame un beso, en la maternidad de Kendougou, una madre joven juega con su hija recién nacida, ausente de la gente que la rodea 
:)

miércoles, 9 de mayo de 2012

COMO PAN Y MANTEQUILLA Una reflexión personal acerca del nuevo postnatal



Hoy, después de casi siete meses desde el nacimiento de Gabriel, me separo de él por más de 3 horas.  Hoy, luego del embarazo y de sus primeros meses de vida en conjunto con su hermano Manuel y su padre, vuelvo a enfrentarme a regañadientes a mi trabajo.  No he podido contener las lágrimas durante el viaje en metro, no he podido contener la rabia infinita que me da dejar a mi cachorro y sus necesidades en manos de otros. No he podido evitar que un torbellino de preocupaciones y el estrés se apoderen de mi vida y de cada célula de mi cuerpo.  Me siento en un cuadro poco prometedor para una mujer en puerperio, y que recién está concientizando su primer puerperio ocurrido hace 6 años.

Gabriel nació el 6 de octubre, en un parto común y corriente en una clínica cualquiera de la ciudad de Santiago.  Para mí, su madre, por supuesto ese momento no tiene nada de común y corriente, pues la magia,  la emoción y alegría embargaron todo mi ser, el amor que me nació con Gabriel me sigue naciendo a borbotones y no puedo ser más dichosa por ello.  Si bien, hoy haría de distinta forma muchas cosas durante el embarazo y el parto, me quedo sin duda con mi panza inmensa, me quedo con sus ojos grandes abiertos y su llanto potente al nacer, me quedo con su calidez húmeda en mi pecho, me quedo con sus manitos pequeñas y enrolladas como dos ovillos.  Siento a Gabriel en mi pecho y la sensación es única al reconocerlo.  Su aura pasiva, tranquila y sublime comienza la escalada intensa hacia la toma de posesión de la cima de mi vida, y en su paso va llenándome de un amor profundo, indeleble e irrevocable, haciéndome sentir una montaña plena.

Justamente ese mismo día, en el Congreso el Presidente de La República firmaba el decreto de ley que alargaba el postnatal a seis meses, es decir, de las antiguas 12 semanas que te otorgaba la ley para estar con tu bebé recién nacido, ahora serían 24 semanas.  Este hecho contribuyó bastante a mi tranquilidad, cosa que no me ocurrió cuando nació Manuel, a quien habría tenido que dejar de casi 2 meses y medio, si no fuera por un par de artimañas. Qué espanto!

Las semanas de tranquilidad que me aportó el nuevo postnatal,  abrieron paso a un caudal de tiempo sin tiempo, una estación maravillosa al contacto de Gabriel, quien abre cada día sus grandes ojos azules y para mi es como si salieran dos soles en mi cielo.  Gabriel reconoce y nosotros lo reconocemos a él.  Un tiempo que solamente vives en el aquí y el ahora, en una sonrisa, en su llanto, en sus gestos, en su suavidad, en su olor.  Un espacio para solamente estar, respirar, amar y ser de nuevo como pan y mantequilla, como lo fui con Manuel hace seis años.  Una sensación de plenitud tan intensa, que a veces me agobia y me descentra.  Decido en este punto seguir su ritmo, los de la familia y los míos.

Entonces comenzó una vez más el cambio en mi vida, interno y personal, trayendo consigo una cantidad de información que corroboró lo que sentía, y más aún, lo que sentí cuando nació Manuel. No quería separarme de Gabriel.  Las piezas se unieron! Allá afuera habían cientos de mujeres que sentían lo mismo que yo!  Las semanas de alargue permitieron mi relajación y por ende pude explorar más en mis emociones y permitir que el universo trajera lo que yo necesitaba. 

Sentí que me unía a un todo, y así fue como conocí y reconocí la crianza respetuosa y lo que se estaba hablando de ella. Corroboré que mi angustia es la misma que la de millones de madres sienten a la hora de dejar a su cría y reincorporarse el ámbito laboral.  Corroboré con dolor que el sentimiento del bebé al ser dejado en una guardería es literalmente de abandono. 

Y hago la reflexión: si bien el nuevo postnatal instaurado en Chile ha aportado grandes beneficios a la salud de madre e hijo, la angustia por parte de ambos a la hora de retomar el trabajo sigue siendo muy alta, lo digo sin tomarlo de ninguna estadística, tan solo de lo que escucho, percibo y por experiencia .  En este punto, las madres probablemente podremos solucionar esta ansiedad con antidepresivos y con la sensación de que hacemos lo correcto al reincorporarnos al trabajo y “quedar bien” con “todos” ya que porque trabajo, me desarrollo profesionalmente entonces “valgo”.  Sin embargo, hay un ser humano en sus primeras semanas de vida que no podrá acudir a los mismos ardides, ya que el único hábitat  que conoce, después del vientre, es el pecho de su madre y el único modo de vida que entiende es al tacto, al olor, al calor y en la voz de su madre. 

Las madres, querámoslo o no, sabemos que esto ocurre, claro, habrán realidades que pueden ser más suaves que otras.  Por ello considero que a la hora de hablar de un postnatal que otorgue salud integral a nuestras familias, debemos considerar que cada mujer y niño son distintos, y por lo mismo cada mujer debería poder elegir libremente cuando reincorporarse a su trabajo, desvistiéndose de todas las ideas preconcebidas acerca de la “realización femenina” y las exigencias que nos impone la sociedad que nos rodea.  Habrá mujeres que no puedan simplemente dejar de trabajar, pero al menos debería ser apoyada por su comunidad y familia.  Se que suena simple, pero porque no ir en búsqueda de un sistema más respetuoso con nuestros procesos?

Este despertar ocurrió en mí gracias al nuevo postnatal ¿Qué pasaría si el tiempo fuera más largo?

Mi camino continúa…