jueves, 30 de agosto de 2012

Publicidad de Super Cerdo: Con nuestros niños NO!

 La primera vez que vi una pancarta con un bebé sentado en su sillita y con un plato con un jugoso pedazo de cerdo y una leyenda en la que el bebé expresa como si fuera un adulto que quiere comerse ese pedazo de carne, y deseando tener dientes o poder caminar,  no pude menos que irme de espaldas.  Luego empecé a ver lo de las propagandas del mismo producto, y no! ésta saturó todo lo que puede tener entendimiento en mi.

Yo, que soy una madre lactivista, fundamentalista y defensora acérrima de la lactancia materna, además con un vegetarianismo reafirmado por el sentimiento empático que tengo con el resto de mamíferos,  no puedo observar este tipo de publicidad, en la que claramente veo escenas aberrantes y vejatorias para un niño y mujeres, y quedarme como tantas otras veces, de brazos cruzados.  Al respecto me gustaría denunciar lo siguiente:

1.- El niño que aparece en el spot tiene claramente entre 6 y 12 meses de edad.  La OMS recomienda lactancia materna exclusiva al menos hasta los 6 meses, y luego es posible introducir alimentos complementarios especialmente frutas y verduras, pero siempre manteniendo como alimento principal la leche materna, por lo menos hasta los dos años. Dudo que un pediatra recomiende a esa edad comer carne de CERDO, por lo que considero que esta publicidad tiene un mensaje demasiado violento hacia la imagen de un bebé en lo que respecta a su alimentación, la cual es y siempre debería ser la Lactancia MATERNA, y un pedazo de cerdo dista bastante de todos los beneficios y las bondades que la leche materna otorga, es decir, no solo alimento, si no también abrigo, contención, cobijo, protección, etc.  Creo que esta campaña publicitaria solo obstaculiza e intenta mitigar la lactancia materna, promoviendo así el desapego entre una madre y su hijo.

2.- El spot da cuenta de que el bebé tiene hambre por lo que quiere comer CARNE de CERDO.  Esta escena es claramente descalificatoria hacia la madre, pues, cuando un niño tiene hambre lo primero que se me ocurre a mi es que tome LECHE, preferiblemente de su MADRE, la cual, según el spot, es perfectamente reemplazable por un pedazo de cerdo. Esta publicidad denigra y descalifica la imagen de la protección que otorga la madre y el acto de alimentar saludablemente a su hijo.  Una vez más esta campaña promueve la desvinculación y el desapego de una madre y su hijo.

3.- En un país que precisamente no puede enorgullecerse por sus altas tasas de obesidad infantil, y que además gubernamentalmente se promueve una alimentación sana, es casi impensable que se haga una publicidad en la que una figura infantil tenga “deseos” de comer carne de cerdo, que precisamente no es la carne más saludable, ni siquiera para un adulto, menos representando el “hambre” en un bebé de tan solo meses.

4.- Es lamentable que estemos acostumbrados a ver mujeres semidesnudas en la publicidad tratando de que nos sea familiar cualquier producto para que lo compremos, pero utilizar la imagen de un bebé que encima es visto como un ente “ávido” de comer y como un ser autónomo que tiene pensamientos adultos respecto de una sensación humana y de un pedazo de carne, me parece extremadamente aberrante y totalmente peyorativo hacia la etapa de desarrollo de un bebé, vulnerando así los derechos esenciales de los niños y niñas.

5.- Al mostrar un niño con pensamientos “adultos” en torno a un pedazo de carne, deja entrever que el niño es un ser autónomo e independiente, todo lo contrario a lo que un bebé debe ser: un sujeto de protección de sus padres, los que claramente en el spot publicitario están ausentes o al menos muy desconectados con las necesidades esenciales de su hijo.  Esta campaña contraria el valor de la familia y de protección de un bebé.

La publicidad en la actualidad puede traspasar límites de aceptación de nuestro sentido común, como ya dije es “normal” que una mujer se muestre semi desnuda para “invitar” a comprar algo.  En torno a nuestros niños, ya es fácil ver a pequeñas de muy corta edad tratando de “imitar” a super modelos en la televisión para complacer el consumo de cualquier producto.  Estamos traspasando límites importantes.  La publicidad poco a poco va legitimizando valores muy poco saludables para nuestros niños, y en este caso, lo grave no son simplemente los puntos que enumeré anteriormente, si no la imagen que va quedando grabada en los subconscientes de la población, sobre todo de los niños, quienes lamentablemente, hoy en día tienen una relación muy directa con los medios de comunicación, especialmente con la televisión. 

Hay una estrecha relación entre las prácticas publicitarias y prácticas de construcción de identidad en los discursos publicitarios. Es decir, qué identidad estamos permitiendo que se construya en nuestros hijos por medio de la televisión? La de un bebé que está desprovisto de la protección, calor y alimento que le da su propia madre? Y por ello debe pensar como un adulto y “desear” comer un pedazo de carne? (No quiero ni siquiera mencionar los mensajes subliminales que se dan a través de esta imagen).  Y es en este punto donde debemos hacer la reflexión pertinente acerca de la violencia hacia nuestros niños que estamos avalando para complacer la venta de un producto, en este caso de algo que es bastante contrario a la relación saludable entre un niño y su alimentación, como lo es la imagen ausente de Lactancia Materna y a todo lo que ello involucra.  Campañas como esta refuerza una cultura totalmente adultocéntrica y la desvinculación entre madre e hijo, lo cual no puede ser menos que violento hacia nuestros niños, lo cual claramente sobrevalora una vez más a la primera infancia e incentiva un desarrollo no acorde a su edad.
  
En el Código Chileno de Ética Publicitaria se  señala que  “La publicidad debe respetar el ordenamiento jurídico vigente y, de manera especial, los valores, derechos y principios reconocidos en la Constitución Política” (inciso 1°). Señala además que “los mensajes publicitarios no deben contener afirmaciones o presentaciones visuales o auditivas que ofendan los conceptos morales o de decencia que prevalezcan en la comunidad o en sectores importantes de ella. Los mensajes publicitarios no deberán denigrar ni menospreciar a personas o grupos, en especial por motivos raciales, étnicos, religiosos o por su género u orientación sexual”. Para mi, esta campaña publicitaria claramente denigra y subvalora expresamente el valor de la Lactancia Materna y el desarrollo de un bebé de tan corta edad, entre otras cosas. 

Y cito textualmente al sociólogo Alberto Mayol: “Cuando el capitalismo adquiere rasgos muy profundos, cuando la sociedad gira en torno a los mercados toda su inercia se dirige a insertar distintas dimensiones del ser humano en el proceso de producción de capital.  Entre las funciones de la publicidad, por ejemplo, está la capacidad que tiene de producir familiaridad y, derivado de ello, confianza. Además la publicidad es capaz de producir erótica, deseo de proximidad, ganas de participar de una escena, situación o condición.  Pues bien, mediante la publicidad tanto la confianza como la erótica (un valor fundamental mas el deseo) se convierten en una forma de producir dinero.  La publicidad informativa deja paso a una publicidad que satura las capacidades humanas de evadir su influencia.  Los individuos o colectivos aman y creen, insertándose en una escena ficticia de encuentro comunitario o sexual, cuando en rigor es solo un caballo de Troya que tiene como fundamento y horizonte la multiplicación del capital invertido” (El derrumbe del modelo)

Ante esto, juzguen ustedes mismos, sin embargo lo único que me queda a mi por decir es: No, con nuestros niños NO!








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