lunes, 3 de septiembre de 2012

Estrés fascinante

Quien no se ha sentido estresado alguna vez? Bueno, a veces es bueno tomar conciencia y tomarselo con cierto humor y poesía, y hacerse un buen autoretrato!


Estrés Fascinante 

Su estrés era algo fascinante, casi sublime.  Las palabras se le amontonaban en los labios como una serie de de bombas racimo, explotando como quimeras rodeadas de mil estrellas.  Parecía emerger de entre sus espacios de silencios entrecortados, un aroma volcánico, parecido al que traen los ríos en su torrente más voluminoso y enérgico. Solían caerle las ideas rodando, como grandes rocas erosionadas por la angustia y el miedo, y normalmente provocaban grandes aludes que desembocaban en el muelle de sus lágrimas desmoronándose como ventarrones de arena. Sus miradas se cerraban como portazos anacrónicos tratando de retener el relleno iracundo de lo abscesos que formaban sus ojos.  Sus erupciones eran verdaderas obras de arte, prologadas por diáfanas profecías, los vaticinios arengaban las más fatídicas explosiones y las ampulosas olas de su cabello naufragaban en las esquinas más compulsivas de su cabeza, a manera de amplias detonaciones, sudorosamente majestuosas, como verdaderas explosiones solares.  Los infiernos de su caja torácica se manifestaban resonantes como gigantescas cavernas en ceremonias diluviantes, con carnavales grotescos, los que sucintamente brotaban por su nariz de toro. Sus manos y su danza de alimañas feroces frecuentaban a menudo esta liturgia calamitosa, contorneándose acompasadas de los estruendos emanados por su ser, en este velo impetuoso, fatídico, que coronaba furiosamente su sinfonía despiadada.  Yo solía asistir a sus rituales como un espectador peregrino, desde una lejanía taciturna, agazapado, musitando aquella tempestad como un verdadero cortejo fascinador.

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